Impresoras

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Agradecemos a la Calígrafo Público Luciana Oviedo Ovando quien nos remite para compartir con ustedes un artículo sobre Impresoras que se transcribe a continuación.

LAS IMPRESORAS NOS ESPIAN

Luego de tres años de investigaciones, un grupo de defensa de los derechos civiles de los EE UU reveló un insólito misterio acerca de esos equipos

Un grupo de defensa de la privacidad ha descubierto lo que significan los minúsculos puntitos que dejan algunas impresoras a color: se trata de un código que permite saber desde qué máquina y cuándo se copió el documento.

La Fundación Fronteras Electrónicas (EFF), un grupo de defensa de los derechos civiles con sede en San Francisco (California) , llevaba tiempo sospechando de unos pequeñísimos puntitos que algunas impresoras láser a color esconden secretamente en cada documento.

Tras cerca de tres años de investigaciones con la ayuda de cientos de voluntarios de todo el mundo, que enviaron documentos impresos en diferentes impresoras a las oficinas de la EFF, el grupo por fin ha desvelado el misterio.

Los Servicios Secretos de los EE.UU. han admitido la existencia de un acuerdo con varios fabricantes de impresoras para identificar productos falsificados, pero hasta ahora no se conocía la naturaleza de la información codificada en cada documento.

Se trata, en cualquier caso, de una explicación que no satisface a la Fundación.

«Es extraño que te traten como a un criminal sin ni siquiera saberlo», señaló a EFE Rebecca Jeschke, portavoz del grupo.

Según dijo David Schoen, técnico de EFF, los puntitos de al menos una línea de impresoras codifican el día y la hora en que el documento se imprimió, así como el código de serie de la impresora.

Cómo y quiénes

Canon y Xerox se encuentran entre la lista de fabricantes que incluyen estos códigos (la EFF dispone de una lista al completo en la página de Internet http://www.eff. org/Privacy/ printers/ list.php).

Las pequeñas marcas son puntos amarillos de menos de un milímetro de diámetro, repetidos en cada página del documento y tan pequeños que no se ven a simple vista.

Para observarlos, se necesita una luz azul y una lupa o un microscopio (la EFF también dispone en su página web de instrucciones para los curiosos que deseen ver las marcas por sí mismos).

Este centro comenzó el proyecto con la línea de impresoras de Xerox DocuColor, una máquina de gama alta más fácil de encontrar en oficinas o centros de fotocopiado que en las casas particulares.

Un equipo liderado por Schoen comparó diferentes documentos impresos en la misma máquina y, tras observar las similitudes y diferencias, encontró la manera de decodificarlo.

«Hasta ahora, sólo hemos «roto» el cifrado de las impresoras DocuColor -señala Schoen-, pero creemos que otros modelos de otras fabricantes incluyen la misma información en los puntos».

La organización ha puesto a disposición del público en su página web un programa automático para que cualquiera puede descodificar los puntitos que deja su impresora.

Xerox admitió previamente que estaba «compinchado» con el Gobierno en este sistema de rastreo, pero aseguró que solamente los Servicios Secretos podían descifrar la información.

Por su parte, el Servicio Secreto mantiene que solo usa esta información para investigaciones relacionadas con falsificaciones.

Pero, según advierte el EFF, no hay una legislación específica que impida que el gobierno pueda abusar de esta información.

«Los movimientos democráticos clandestinos que publican panfletos políticos y religiosos siempre necesitarán del anonimato de una simple página», dijo Lee Tien, uno de los abogados del grupo.

«Esta tecnología se lo pone más fácil a los gobiernos a la hora de encontrar a los disidentes», dijo Tien.

El abogado del EFF señala que el descubrimiento tiene graves implicaciones, ya que estos códigos dan al gobierno y a la industria privada «más posibilidades para debilitar nuestra privacidad con un equipo que se utiliza cotidianamente, como las impresoras».

Tien cree que los técnicos del EFF tienen mucho trabajo por delante: «La próxima gran interrogante es: ¿qué otros apaños se están cociendo para asegurarse de que nuestra tecnología nos traiciona?». Buena pregunta.